Si logro vivir…
La vida y la muerte se disputan a Virginia, ella aferrada a la victoria, expresa que si vive se dedicará a agradecer toda la vida, y apoyar, o en final distinto, desde donde esté siempre bendecirá.
Hay experiencias que te recuerdan las ganas de vivir y ser feliz con el papel que tenemos ante la sociedad, en mi caso, hablo de ser mujer con el anhelo de ser madre, amiga, esposa, hija y compañera.
Una experiencia dura y desgarradora para mí, al palpar con el alma el dolor y sufrimiento ajeno cambió la perspectiva de vida, que ya desde cierto tiempo me había trazado.
Alrededor de la una de la tarde del día sábado, me dispuse a acompañar a una persona a la entrega de una despensa, misma que minutos antes se le había sido solicitada por su red social.
Hasta ese momento, aún no sabía con certeza a dónde nos dirigíamos, sólo observaba que nuestra dirección era hacia la colonia Pakal Ná. Estando ahí nos estacionamos frente a un súper, esperamos unos minutos hasta que dos mujeres se acercaron y cruzaron palabras con la persona a la que yo acompañaba; fue así que bajamos del vehículo para entrar a la abarrotera y hacer compras. Saliendo de ahí, estaba segura que llevaríamos a las dos mujeres a realizar la entrega del apoyo, y hasta ese entonces fue cuando supe que sería a doña Virginia Hernández Cruz, la misma mujer a la que el Diario había publicado en un par de ocasiones solicitando apoyo en la lucha contra su enemigo silencioso, el cáncer de mama.
Fueron varios kilómetros para llegar a donde ahora vive doña Virginia, un lugar a la orilla de la vía del tren y en donde no esperaba tan fuerte experiencia, que a pesar de que las acompañantes ya nos habían advertido, mi imaginación no fue más allá de lo que nos encontraríamos.
Con un semblante fuerte, sobre sus pies y con un sentido de esperanza, Virginia Hernández Cruz nos recibió sin saber que se le haría entrega de un apoyo, mismo que con tanto entusiasmo agradeció; sus palabras no las voy a olvidar, “les agradezco tanto que no me dejen sola, si logro vivir me dedicaré a agradecer toda la vida y apoyar a los que también lo necesiten, pero si llega el día en que mi sufrimiento acabe, en donde yo esté, siempre los bendeciré”, eran palabras valientes de una mujer preparada para lo que venga.
Este momento solo imaginaba una escena, en donde Doña Virginia estaba siendo disputada por dos personajes: la vida y la muerte, pero ella aferrando su alma a gritos más a la victoria que a la derrota, de la lucha que a diario enfrenta.
Las expresiones del sufrimiento que relataba, de las noches en vela y en llanto por el dolor, hacía más grande la marca en mí, más grande la necesidad de querer ayudar, más aún de saber que así, como esta valiente mujer, hay nueve casos más, sufriendo el mismo dolor, en donde sin querer imaginar si el final será feliz o fatal.
Al retirarnos de ese lugar, mi mente solo buscaba la respuesta de ¿Cómo pasó? ¿Cuándo pasó? ¿Dónde pasó? y ¿Por qué pasó?, solo maldecía la existencia de este enemigo silencioso con ganas de acabar con todas nosotras.
Pero es ahora cuando despierta en mi la necesidad de publicar a todos, lo necesario que es la autoexploración, puesto que pareciera trillado, pero una pequeña comezón o una bolita en las mamas, puede acabar con una vida, de la peor manera.
Hoy por hoy, nadie puede mentirme de la cruz que carga una mujer con cáncer de mama; experiencia que ha trasformado el rumbo de mi vida como mujer.
UN ÁNGEL
La detección no oportuna, complicó la enfermedad de Manuela May Jiménez, madre de 4 hijos y esposa amorosa, quien falleció víctima del cáncer, el pasado 18 de diciembre de 2013.
Vivía en el Periférico Norte, cerca de la entrada de la Pakal Kín, donde la extrañan y aún le lloran.
Que en paz descanse esta gran mujer.
EN LUCHA
Madre soltera de cuatro hijos, la señora Claudia Irene Vera Solórzano, está pasando uno de los peores momentos, se encuentra en la lucha contra el cáncer; todo empezó con un dolor en el pecho que hasta el día de hoy no ha cesado.
Al acudir a la Clínica de la Mujer, ahí le dieron la fatal noticia de que tenía cáncer de mama, por lo que ahora acude al hospital de Villahermosa, Tabasco.
Ella necesita de tu ayuda.
GUERRERA
Ofelia Hernández Hernández, es un ejemplo de lucha, es una guerrera. Esta mujer fue víctima del cáncer de mama y logró salir avante. Los gastos fueron costosos, las quimioterapias fueron lo más duro. Y hoy su lucha no ha terminado, ella venció al cáncer, pero ahora su mayor parte del tiempo se lo dedica a ayudar a personas que viven con esta enfermedad.
Esta es la lucha diaria de Ofelia.