Buscan salvar al jaguar
El jaguar en México ha desaparecido en 70 por ciento de su hábitat original, de ahí que en Chiapas se impulsen diversos programas y proyectos encaminados a conservar tanto su territorio como al propio animal, el cual está considerado como una especie en peligro de extinción de acuerdo con la norma oficial mexicana NOM-059.
Uno de estos proyectos es el Programa de Conservación de Especies en Riesgo (Procer) que se lleva a cabo en áreas naturales protegidas en el estado, como es el caso de la Biosfera de la Reserva de La Sepultura, el cual es impulsado por la Conanp en coordinación con investigadores de la Unicach.
El proyecto comprende diversas líneas de acción, las cuales van desde la implementación de un monitoreo biológico del jaguar, la detección de prácticas que amenazan su existencia, así como integrar a las comunidades en los trabajos de cuidado y conservación de esta especie.
En el caso del monitoreo biológico se lleva a cabo mediante la técnica del foto-trampeo, que consiste en instalar cámaras en sitios en donde se sabe frecuenta el jaguar, además de realizar un rastreo físico. Cualquier huella o excremento son vitales para tener datos que permitan saber el comportamiento que tiene dentro de la reserva natural, el tipo de alimentación que está teniendo, pero sobre todo obtener una cifra aproximada de cuántos jugares quedan aún en la Biosfera de La Sepultura.
A través de este monitoreo se ha logrado capturar por medio de fotografía a varios jaguares rondando los bebederos naturales, así como de lugares en que toman para descansar, situación que da esperanza a biólogos e investigadores de poder salvar al jaguar, animal que está dentro de las 30 especies prioritarias para la conservación por parte de las autoridades ambientales del país.
Hoy solo se sabe que en el país existe una población estimada de 4 mil jaguares, siendo la Península de Yucatán donde se concentra el 50 por ciento de estos animales.
En el caso de Chiapas, no existen datos certeros que permitan conocer el número de jaguares que habitan en las distintas reservas naturales, aunque los más optimistas señalan que en el estado pudiera haber no más de 400 ejemplares en vida silvestre.
Más de 2 mil 800 hectáreas de bosques y selvas resultaron afectadas por el paso del huracán Bárbara, donde las autoridades implementaron desde el años pasado un programa de reforestación a través de la siembra de un millón de plantas.
Es por ello que a través del Programa de Conservación de Especies en Riesgo, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) busca integrar a las comunidades en esta estrategia de proteger el hábitat del jaguar así como de otros mamíferos que están en riesgo de desaparecer, como es el caso del tapir.
Para lograr la integración de las comunidades, la Conanp lleva a cabo un programa de capacitación a pobladores con la finalidad de poder crear los denominados Grupos de Monitoreo Comunitario, los cuales apoyan las tareas de recorrido a campo para la detección de especies y seguimiento a los sitios en donde se encuentran.
A cambio de las horas de trabajo que realizan los pobladores de las comunidades que se suman al proyecto, el Gobierno destina recursos para el pago de jornales, con lo cual las familias obtienen un ingreso económico por contribuir a la conservación y cuidado de especies en peligro de extinción y su hábitat.
Al jaguar no solo se está quedando sin su hábitat sino también se agota el tiempo para lograr recuperar la población que le permita salir de la tabla de las especies en peligro de extinción, pues cada año se reduce el número de ejemplares en Chiapas, donde los avistamientos son cada vez más difícil de tener.