Feligreses acompañan al cuerpo del padre Marcelo

AGENCIA:

SAN CRISTÓBAL

El féretro del sacerdote Marcelo Pérez Pérez, quien fue párroco durante más de dos años y medio en el templo del barrio de Guadalupe, fue cargado desde el andador guadalupano por más de 200 feligreses. Entre lágrimas y gritos, pidieron justicia mientras caminaban junto al cuerpo hasta la Iglesia de Guadalupe, donde fue recibido por el obispo de la diócesis de San Cristóbal, Rodrigo Aguilar Martínez. Al llegar al altar, los feligreses, con lágrimas y portando banderas blancas, gritaban: “¡justicia, justicia, justicia!”.

Sus padres indígenas, que no hablan español, estuvieron presentes junto al féretro. Uno de sus familiares se inclinó en silencio, llorando al recordar al sacerdote. El obispo, quien ofició la misa, dijo que “seguramente ya está en la presencia del Todopoderoso”. Durante la ceremonia, se le observó derramar varias lágrimas al recordar al sacerdote indígena que luchaba por defender a los más necesitados, a los más pobres, a los indígenas. Sin embargo, lamentó que este día “le privaron la vida” y, como mencionó en una entrevista al mediodía de este domingo, “la Iglesia perdona a sus agresores, pero aseguró que en San Cristóbal es un pueblo que vive la inseguridad”.

Cerca de 500 feligreses asistieron a la misa en la Iglesia de Guadalupe, exigiendo justicia por el asesinato de este querido sacerdote. Esta noche, su cuerpo será velado en la iglesia y se está por confirmar su lugar de sepultura que podría ser en San Cristóbal, San Andrés Larrainzar o en el municipio de San Pedro Chenalhó; lugares donde ofició misa como sacerdote indígena de lengua tzotzil.

Entre los asistentes, se observó la presencia de maestros del Nivel de Educación Indígena, organizaciones sociales, defensores de derechos humanos y personal del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas. Hasta este momento, ninguna organización ha dado algún pronunciamiento sobre el caso, pero los feligreses condenan este lamentable hecho.