Por: SHD

AGENCIA:

MÉXICO

La inteligencia artificial (AI) ha dejado de ser una fantasía futurista para convertirse en una herramienta clave en la transformación de economías y mercados laborales en todo el mundo. Desde la automatización de tareas repetitivas hasta la mejora de procesos de toma de decisiones, la IA está remodelando industrias enteras, y sus efectos ya son visibles en sectores como la manufactura, la atención al cliente, la salud y las finanzas.

Uno de los principales temores asociados al crecimiento de la inteligencia artificial es la posibilidad de que una amplia gama de empleos sea reemplazada por máquinas. Según un informe de McKinsey & Company, hasta el 45% de las actividades laborales podrían ser automatizadas utilizando las tecnologías disponibles hoy en día. Esto podría afectar especialmente a trabajos rutinarios, manuales y de bajo nivel de cualificación.

Por ejemplo, en la industria manufacturera, los robots de IA ya están siendo empleados para realizar tareas de ensamblaje y control de calidad. En el sector de los servicios, los chatbots y asistentes virtuales están sustituyendo a trabajadores humanos en funciones como atención al cliente y soporte técnico. Este fenómeno, conocido como "desempleo tecnológico", plantea serias preocupaciones sobre la redistribución del trabajo y la posible obsolescencia de ciertas profesiones.

No está tan lejos de la realidad que los empleadores consideren que la automatización podría reducir el número de puestos de trabajo en los próximos cinco años. Sin embargo, si bien algunos trabajos pueden desaparecer, otros nuevos roles serán creados por la propia expansión de la tecnología, especialmente en áreas como la programación, la gestión de datos y el análisis predictivo.

Uno de los principales desafíos que enfrenta la fuerza laboral es la necesidad de adaptarse a las nuevas tecnologías. A medida que las empresas adoptan soluciones de IA, los trabajadores deben adquirir nuevas competencias, y aquellos que desempeñan roles susceptibles de ser automatizados deberán reconvertirse profesionalmente. En este sentido, la educación y la formación continua se presentan como una de las principales estrategias para mitigar el impacto negativo de la IA.

Aunque algunas industrias experimentan una disrupción significativa, la IA también ofrece la posibilidad de mejorar la productividad, crear nuevos roles profesionales y ofrecer a los trabajadores herramientas poderosas para mejorar su desempeño. La clave será cómo se gestionen estas transiciones: a través de políticas adecuadas, inversión en educación y capacitación, y un enfoque equilibrado entre la automatización y el trabajo humano.