Por: SHD

AGENCIA:

MÉXICO

Los guerreros jaguar, en náhuatl “ocēlōpilli”, eran una de las órdenes militares más importantes y prestigiosas del Imperio Mexica. Eran reconocidos por su valor, disciplina y habilidades en combate y eran la élite junto a los guerreros águila. Usaban vestimenta que emulaba a estos animales porque creían que al hacerlo recibirían su fuerza y habilidades en la batalla. El jaguar simbolizaba a Tezcatlipoca, el dios del cielo nocturno.

En el caso particular de los guerreros jaguar, éstos podían pertenecer a la clase baja, los mācēhualtin, a diferencia de lo que ocurría con sus compañeros, los guerreros águila, que debían pertenecer a la nobleza.

Entre su panoplia destacan principalmente el macuahuitl, la versión azteca de la espada que se fabricaba a partir de una pieza de madera con piezas incrustadas de obsidiana o pedernal. Cómo protección usaban el chimalli, un escudo fabricado sobre una base de madera y cañas reforzadas con maguey y algodón que se decoraba con mosaicos y placas de jade, cuentas de colores, plumas, bronce, plata y oro. Del escudo colgaban tiras de cuero que protegían las piernas del guerrero. Complementando al escudo, usaban el cuatepoztli, un yelmo de madera, normalmente de caoba, que, en el caso de los guerreros jaguar, simulaba la cabeza de este animal. Este casco protegía la cabeza del guerrero hasta la línea de mandíbula. A través de las fauces abiertas, el guerrero jaguar podía ver.

Además, en batalla, usaban el ichcahuipilli, una especie de armadura parecida al gambesón que llevaban los guerreros en Europa. Se fabricaba con varias capas de algodón trenzado y fibras de maguey y se endurecía con salmuera y otras sustancias.