

Por: AGENCIA / SHD
En lo profundo de Toscana, Italia, una colosal escultura del siglo XVI guarda misterios en su interior. Conocida como Appennino, esta obra maestra de Giambologna se alza con sus 10 metros de altura, fusionando arte y naturaleza de manera sorprendente. Más que una estatua, un mundo dentro de un gigante.
Su superficie rocosa imita la forma de una montaña, pero lo que pocos saben es que en su interior hay habitaciones ocultas con funciones misteriosas.
En su brazo izquierdo sostiene una criatura de la cual brota agua de un arroyo subterráneo.
Se dice que su cabeza estaba diseñada con una chimenea, y cuando el fuego ardía, humo salía por sus fosas nasales, creando un efecto dramático e inquietante.
Esta impresionante escultura no solo demuestra la maestría técnica del Renacimiento, sino que también es un símbolo de la fusión entre arte y naturaleza, una creación que parece emerger de la misma tierra.