

Por: AGENCIA / SHD
En las remotas montañas de Yemen, a más de 3,000 metros sobre el nivel del mar, se encuentra un rincón único en el mundo: el pueblo de Al-Hateeb, en el área de Haraz, dentro del distrito de Manakhiya, al oeste de la capital, Sana'a. Un lugar tan elevado que las nubes nunca llegan a tocar su suelo, haciendo que aquí, a diferencia de otras regiones del planeta, la lluvia sea un fenómeno ajeno.
Al-Hateeb es un pequeño y pintoresco pueblo habitado por solo 400 personas. A pesar de su tamaño, la comunidad es famosa en todo el mundo por su inquebrantable relación con la naturaleza y por cultivar uno de los productos más emblemáticos de Yemen: el Café Yemení, conocido por su sabor único y su calidad excepcional. Pero hay algo más que hace a Al-Hateeb un lugar especial: su clima y su ubicación.
Ubicado en la cima de una montaña tan alta que sus habitantes parecen estar tocando el cielo, Al-Hateeb está literalmente por encima de las nubes. Esto significa que, mientras el resto del mundo experimenta lluvias, tormentas o incluso la humedad de la brisa tropical, los residentes de Al-Hateeb disfrutan de un clima seco y soleado. Las nubes pasan por debajo de ellos, creando un fenómeno natural asombroso. La lluvia, en lugar de caer sobre sus tejados, lo hace en las zonas más bajas de la montaña.
Este peculiar fenómeno ha dado lugar a una serie de historias y leyendas locales, y los habitantes del pueblo han aprendido a aprovechar su ubicación en la cumbre. La ausencia de lluvias les ha permitido vivir de manera autónoma, cultivando su famoso café en un entorno natural donde el tiempo parece detenerse.
Las montañas que rodean Al-Hateeb, además, son un lienzo vivo para las creaciones artísticas de sus habitantes. En las rocas y superficies rocosas se pueden ver pinturas estéticas de una creatividad impresionante.