

Por: Agencia / YST
Desde muy temprano, cientos de católicos tapachultecos se congregaron para celebrar con fervor religioso el Domingo de Ramos, que conmemora la entrada de Jesucristo a Jerusalén, sin embargo, los jovenes fueron los grandes ausentes.
La iglesia San Agustín en el centro de la ciudad, concentró cientos de feligreses que acudieron a la misa de 7 de la mañana para bendecir sus ramos, principalmente se observó a personas adultas y a algunos niños que participaron de esta celebración religiosa.
A las afueras del templo, prevalece un mosaico multicolor, ya que desde la noche del pasado sábado, vendedores de ramos se instalaron para ofertar distintas figuras que son adquiridas por los fieles para ser bendicidas y después se acostumbra a colocar esas las palmas, detrás de las puertas de entrada en los hogares, junto a crucifijos, rosarios o imágenes sagradas que hay en sus casas como recuerdo de la victoria pascual de Jesús.
El párroco de la iglesia de San Agustín, Martín Moreno, afirmó que a pesar de la importancia de esta celebración, las nuevas generaciones son los grandes ausentes, lo que demuestra la crisis de fe en este sector.
Reconoció que el vivir alejado de Dios y de las celebraciones religiosas son de las causas principales de lo que enfrenta la sociedad, principalmente en el tema de violencia y desintegración familiar, por lo que el reto para estas celebraciones será atraer a los jóvenes.