

Por: AGENCIA / SHD
La idea de festejar el “día del niño” surgió el 20 de noviembre de 1959, cuando la Asamblea General de la ONU tuvo una reunión en Ginebra, Suiza, en la que decidió reafirmar los derechos de los niños universalmente, mediante la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño y la Convención Sobre Los Derechos del Niño.
Desde entonces y aunque la celebración mundial es el 20 de noviembre, cada país ha elegido un día especial para celebrar y organizar actividades, con el fin de ayudar a desarrollar el bienestar de los pequeños en todo el planeta.
En México, en el año de 1916, en la ciudad de Tantoyuca, Veracruz, tuvo su origen la celebración a nivel nacional, sin embargo, fue hasta el 30 de abril en 1924, que se acordó como oficial la celebración del día del niño, siendo presidente de la República el general Álvaro Obregón y Ministro de Educación Pública el licenciado José Vasconcelos.
Cabe señalar que los Derechos Humanos de niñas, niños y adolescentes están mencionados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los tratados internacionales y en las demás leyes aplicables, esencialmente en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (publicada el 4 de diciembre de 2014); además, el objetivo de dicha celebración es que se consagre un momento a la comprensión de la población infantil, fomentar su inclusión social y realizar actividades para la promoción de su bienestar y de los derechos a los que tienen acceso como seres humanos.
Los niños, al igual que todas las personas, cuentan con derechos que deben hacerse valer. Desde tener acceso a la educación, a la salud y sobre todo a una vida plena y sin violencia, son de los más importantes que como papás o tutores tenemos que hacer valer.
No obstante, este día también evidencia a todos los niños que, por diversas circunstancias, deben salir a calles a trabajar. El trabajo infantil es una problemática seria y persistente en el país que afecta a una parte significativa de la población entre 5 y 17 años.
Hasta el 2022 se estimaba que 3.7 millones de niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años se encontraban en situación de trabajo infantil, lo que representa el 13.1% de esta población, al tiempo que 2.1 millones de estos menores realizaban ocupaciones no permitidas, es decir, actividades económicas por debajo de la edad mínima legal (15 años) o trabajos peligrosos.