

Por: ALEJANDRO RAMOS MAGAÑA / SHD
La agricultura urbana, desde hace años, ha demostrado ser una alternativa a la autosuficiencia alimentaria principalmente en épocas de crisis socioeconómicas y sanitarias; además, coadyuva a la mitigación del calentamiento global.
La pasada pandemia por COVID-19 –que en México empezó el 28 de febrero de 2020‒, detonó el temor de un potencial desabasto de alimentos que, si bien el campo mexicano nunca se detuvo, sí hubo un incremento significado en los precios de los productos que golpeó la débil economía de la población.
Cabe recordar que la industria alimentaria fue considerada por las autoridades como esencial durante los momentos más críticos por la contingencia sanitaria.
Durante 2020 y 2021 se veía por las calles de la zona sur de la Ciudad de México a ejidatarios de Xochimilco y Milpa Alta ofreciendo su producción de hortalizas, de buena calidad y a precios más accesibles en relación a los supermercados. Esta labor de los ejidatarios fue de gran ayuda para cientos de familias que no podían desplazarse para comprar alimentos, ellos se ofrecían llevarlo a sus domicilios y para ello brindan sus números telefónicos.
Hubo familias que se cuestionaban no tener al alcance un huerto urbano para garantizar el autoconsumo.
A esta iniciativa se le conoció como Círculo Verde. Fue creada en febrero de 2009 por la entonces Comisión para la Gestión Integral de los Residuos Sólidos de la Ciudad de México (durante el gobierno de Marcelo Ebrard, 2006-2012), y el objetivo central era cerrar el ciclo de los desechos orgánicos para que, en vez de que se vayan a los rellenos sanitarios o la composta en general, se queden en el sitio donde fueron generados y coadyuven a crear composta para los huertos urbanos.
De hecho, desde 2020 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) impulsó un programa de huertos urbanos para todos los estados de la República mexicana, en el que retomó como modelo la iniciativa de la Ciudad de México.
En la capital del país, en 2009, el proyecto de Círculo Verde lo robusteció la desaparecida Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades ‒Sederec, hoy Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes‒, y entonces se proyectaron 82 iniciativas de huertos urbanos en 15 alcaldías (excepto Iztacalco) y se fomentó la producción de hortalizas en áreas comunes de las unidades habitacionales, escuelas, internados y hasta en reclusorios.