

Por: AGENCIA / SHD
El ‘bullying’ o acoso escolar es el hostigamiento físico y/o psicológico al que es sometido un menor, ya sea por otro compañero o un grupo de ellos. Este fenómeno es una práctica recurrente en las escuelas de todo el mundo.
Rasgos determinantes del acoso escolar
Para diferenciar el acoso escolar de otros tipos de violencias, los investigadores concuerdan en que las conductas de hostigamiento deben estar determinadas por tres rasgos específicos:
1. Intencionalidad: Esta característica implica que la acción o conducta violenta que manifiesta el menor que agrede a otro, tiene como propósito y voluntad el causar daño, sufrimiento o malestar.
2. Repetición de la acción en el tiempo: Las conductas y manifestaciones de violencia se presentan de forma frecuente y reiterada. Pueden suceder diversos actos de agresión física, verbal o psicológica en un solo día de clases y continuar durante la semana entera o incluso extenderse, si no se atienden debidamente.
3. Desequilibrio de poder: Las prácticas catalogadas como acoso escolar o bullying se presentan en un contexto de dominación y están dirigidas a las y los menores que son percibidos en un estado de indefensión, debilidad o desigualdad ya sea física, psicológica o socialmente.
¿Cómo detectarlo?
Para detectar posibles casos de bullying, es importante vigilar con atención los posibles cambios que el menor pueda manifestar. Estos cambios o síntomas se clasifican en dos tipos: signos escolares/sociales y signos en el plano personal.
Dentro de los signos escolares/sociales, se encuentran:
-El deseo de dejar de acudir a la escuela
-Un bajo rendimiento repentino
-Desinterés por las actividades escolares y deportivas
-Pérdida o deterioro de sus pertenencias y/o artículos personales
Como parte de los signos que se dejan ver en el plano personal, los expertos enumeran
-Cambios constantes de humor a lo largo del día
-Modificación de hábitos alimenticios, sociales, pasatiempos y relaciones con amigas(os) y/o compañeras(os)
-Se muestra nerviosa(o), temerosa(o), apática(o) o angustiada(o).
-Presenta lesiones físicas, moretones, rasguños o heridas.
La detección temprana de conductas sintomáticas en casa y escuela servirán para definir estrategias de intervención integrales. Por ello, es fundamental la coordinación de madres y padres de familia o tutores con las autoridades escolares, desde una postura respetuosa de los sentimientos del menor, sin hacerlo sentir culpable por la situación.