

Por: Agencia / YST
La Casa Blanca confirmó este martes que el presidente Donald Trump no tiene intenciones de emitir una proclamación para conmemorar junio como el Mes del Orgullo, una decisión que marca un giro significativo frente a gestos simbólicos hechos durante su primer mandato.
La portavoz presidencial, Karoline Leavitt, declaró en una conferencia de prensa que "no hay planes para una proclamación para el mes de junio", aunque subrayó que Trump "se considera un presidente para todos los estadounidenses, sin importar su raza, religión o credo".
La decisión se enmarca en un contexto político tenso para la comunidad LGBTQ+ en Estados Unidos, que ha expresado preocupación por el rumbo de las políticas del actual gobierno. En su primer período en la Casa Blanca, Trump impulsó medidas que afectaron directamente a personas LGBTQ+, como la prohibición del servicio militar para personas transgénero y el retiro de protecciones contra la discriminación en el sistema de salud.
Ya en su segundo mandato, el mandatario ha firmado nuevas órdenes ejecutivas que excluyen el reconocimiento oficial de identidades de género no binarias, estableciendo que solo se reconocerán los géneros masculino y femenino en los documentos gubernamentales. Esta decisión ha sido duramente criticada por defensores de derechos humanos y organizaciones LGBTQ+.
Cabe recordar que durante su primer mandato, Trump sí hizo una breve mención al Mes del Orgullo en redes sociales, destacando los esfuerzos de su administración para promover la despenalización de la homosexualidad en países donde ser LGBT es considerado un crimen. En ese entonces, se convirtió en el primer presidente republicano en pronunciarse públicamente sobre la celebración.
El precedente más antiguo de reconocimiento presidencial al colectivo LGBTQ+ data de 1999, cuando el expresidente Bill Clinton proclamó por primera vez junio como el “Mes del Orgullo Gay y Lésbico”. Más tarde, en 2011, el presidente Barack Obama amplió la declaración para incluir a personas bisexuales y transgénero.
En paralelo a esta nueva postura de la Casa Blanca, sectores conservadores del Congreso también han emprendido acciones para contrarrestar la visibilidad del colectivo. La representante republicana Mary Miller, de Illinois, presentó una resolución para declarar junio como el “Mes de la Familia”, con el objetivo —según sus palabras— de “rechazar la mentira del ‘orgullo’” y “honrar el diseño eterno y perfecto de Dios”.
“La familia estadounidense está siendo atacada por una agenda izquierdista radical que pretende borrar la verdad, redefinir el matrimonio y confundir a nuestros hijos”, afirmó Miller en declaraciones al medio conservador Daily Wire.