viernes 11 de julio de 2025 - Edición Nº268

Mundo | 1 jul 2025

ESTILOS

¿Cómo funciona la inmunoterapia personalizada?

Ha tenido que pasar casi un siglo desde que se empezara a estudiar la inmunidad para que su arsenal de defensa se pueda aplicar contra el cáncer


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Por: AGENCIA / SHD

En la ciencia, como en la vida, para dar con la solución a un problema muchas veces lo que hace falta es cambiar el enfoque. El del tratamiento contra el cáncer siempre se había basado en atacar a los tumores por todos los flancos, ya fuera mandando potentes rayos X a través de la radioterapia o administrando fármacos en la quimioterapia. Sin embargo, una parte de la comunidad científica estaba convencida de que existía otra forma de hacer las cosas, basada en utilizar las armas que tiene el propio cuerpo. En concreto: estimular el sistema inmune, un ejército de células que están ahí para combatir y eliminar cualquier elemento extraño que se atreva a campar a sus anchas por nuestro organismo.

El problema es que, hasta hace no mucho, no se sabía por qué el sistema inmune hacía la vista gorda con los tumores. Pero ¿cómo consiguen esa especie de capa de invisibilidad que burla los controles? Y lo que es más importante: ¿cómo arrebatársela? La humanidad ha tenido que esperar hasta los años 90, un siglo después de los primeros avances en inmunología, para que tuviera lugar el particular momento eureka en inmunoterapia del cáncer: dos científicos descubrieron unas moléculas que eran unas de las claves que explican por qué el sistema inmune parece pasar de largo cuando tiene que plantarle cara a un tumor.

Hablamos de las proteínas PD-1 y CTL-4, descubiertas por el estadounidense James Allison y el japonés Tasuku Honjoy. Estas proteínas están en la superficie de los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos que se encargan de combatir los agentes patógenos en el cuerpo, y son dos de los frenos que impiden que el sistema inmune ataque al tumor.

Desbloquear estos frenos cambió la historia clínica de muchos pacientes

En el caso de la proteína PD1 también han desarrollado fármacos que actualmente se emplean para tratar los cánceres de pulmón, de riñón, de piel y del sistema linfático (linfoma). Esos jóvenes investigadores no sabían que aquellos hallazgos en los 90 les valdrían, en 2018, el Nobel de Medicina y Fisiología.

Desde que se aprobara el ipilimumab hasta hoy, han surgido innumerables estrategias dentro de la inmunoterapia: “Están las basadas en inhibidores de anticuerpos contra los puntos de control o checkpoints inhibitors”, señala Manel Juan, jefe del Servicio de Inmunología del Hospital Clínic de Barcelona.

En segundo lugar, están otras, más personalizadas y también más modernas. Son las terapias celulares. Consisten en hacer linfocitos de diseño que estén específicamente entrenados para atacar al tumor. Estas estrategias tienen el hándicap de que son más costosas y complejas, pero centros como el Hospital Vall d’Hebron (Barcelona) han hecho una apuesta clara por su desarrollo.

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