sábado 13 de diciembre de 2025 - Edición Nº423

Mundo | 10 jul 2025

ESTILOS

Así se forma un incendio forestal

Detrás de cada gran incendio hay una combinación de factores naturales y humanos: sequía, viento, combustible acumulado… y una chispa


Por: Agencia / YST

Aunque la respuesta parezca obvia, tal vez, hay mucho más allá de lo que parece a la hora de explicar cómo se queman nuestros bosques. El fuego surge por la combinación de tres elementos: combustible, calor y oxígeno. Este último está disponible en el aire, así que es el más fácil. El combustible es cualquier cosa que pueda quemarse, incluida la hierba, los árboles, los arbustos, incluso, las casas. Cuanto más seco esté, más fácilmente arde. El último componente, el calor, quema el combustible y deseca el área circundante mientras el incendio se extiende.

En otras palabras, “una fuente de calor golpea al combustible que está lo bastante seco como para prenderse”, explica Lenya Quinn-Davison, investigadora en el programa forestal Cooperative Extension de la Universidad de California.

En las condiciones adecuadas, esos tres factores son lo único que hace falta para que un bosque entre en llamas.

Estos desastres naturales, sin embargo, suelen tener comienzos no tan naturales. En Estados Unidos, el 84 % de los 1.5 millones de incendios reportados desde 1992 a 2012 fueron causados por la mano del hombre.

En comparación, solo el 16 % fue provocado por un rayo, según un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, en 2017.

Por ejemplo, una chispa desencadenó el incendio bautizado como Camp Fire, que quemó 92,936 hectáreas en California, en noviembre de 2018, en el bosque de Redding. Fue uno de los incendios más destructivos y mortíferos en Estados Unidos.

La ignición es solo el principio. Para que una chispa se convierta en un incendio, debe haber una combinación perfecta de factores, como “condiciones secas y vientos muy fuertes”, nos dice Quinn-Davison. Lo malo es que, a causa del cambio climático, el tiempo seco dura más y, por lo tanto, es más larga la temporada de incendios.

En los últimos cien años, la humanidad ha intentado hacer frente a los incendios con métodos estables y eficientes. Pero, paradójicamente, estos han aumentado.

Hoy, científicos y ecologistas comprenden que el fuego es un factor esencial para la buena salud de un ecosistema. Pero no ha sido siempre así.

Suprimir los incendios más pequeños durante casi un siglo ha permitido que crezca el número de árboles. Bosques que, en el pasado, eran espacios abiertos, con árboles grandes, hoy se han convertido en zonas densas con arbustos y arbolitos pequeños, el combustible perfecto para que el fuego se expanda.

Así las cosas, según investigaciones recientes, estos desastres naturales seguirán intensificándose con el cambio climático. Por eso, expertos como Quinn- Davison aconsejan que nos preparemos para ser más resilientes.

 

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