domingo 14 de diciembre de 2025 - Edición Nº424

Mundo | 21 jul 2025

ARTE Y CULTURA

Florece el pasado

Un árbol del tiempo de los dinosaurios, que se creía extinto, da fruto por primera vez en el jardín de una pareja de ancianos en Inglaterra, tras más de una década de cuidados


Por: AGENCIA / SHD

Una pareja británica ha logrado lo impensable: hacer que un árbol que coexistió con los dinosaurios florezca y fructifique en su propio jardín. El protagonista de este hito es el Wollemia nobilis, conocido comúnmente como el pino Wollemi, una de las coníferas más antiguas y raras del mundo, considerada durante mucho tiempo un “fósil viviente”.

Pamela y Alistair Thompson, residentes de las colinas de Malvern, Inglaterra, adquirieron un retoño del pino en 2010 como parte de un innovador programa de conservación internacional. El árbol, que ha superado los cuatro metros de altura tras catorce años de cuidados, ha dado frutos por primera vez en su entorno no natural. El hecho marca un hito tanto para la ciencia botánica como para los esfuerzos globales de preservación de especies en peligro.

La pareja se involucró en el programa tras leer sobre la increíble historia de redescubrimiento del pino Wollemi, una especie que se creía extinta desde la era del T-Rex.

El árbol fue redescubierto en 1994 por el guardabosques David Noble, quien lo encontró creciendo en un remoto y secreto desfiladero del Parque Nacional Wollemi, a las afueras de Sídney, Australia. Hasta entonces, la especie solo era conocida por registros fósiles de hace más de 90 millones de años.

La inclusión del pino Wollemi en un plan de distribución controlada permitió que individuos, jardines botánicos y entusiastas de la horticultura adquirieran ejemplares jóvenes, con el fin de ampliar la población de esta especie críticamente amenazada. Desde entonces, varios países se han unido a esta iniciativa, y casos como el de los Thompson demuestran que la conservación no es exclusiva de los grandes laboratorios o reservas naturales.

“Cada árbol plantado fuera de su hábitat natural puede ser un salvavidas para la especie”, señaló un vocero del Real Jardín Botánico de Kew, uno de los centros que participan en el programa. “El éxito de los Thompson nos da esperanza sobre el futuro de otras especies amenazadas”.

Los frutos producidos por el árbol podrían utilizarse para futuras propagaciones, aunque el proceso es delicado y está sujeto a estrictas regulaciones. No obstante, los Thompson han expresado su deseo de colaborar con especialistas y aportar al legado vivo de este símbolo de resiliencia vegetal.

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