Por: AGENCIA / SHD
Este impresionante friso, compuesto por bloques prismáticos de andesita, es una muestra fascinante del arte y la cosmovisión teotihuacana. El friso, de origen teotihuacano, presenta a un personaje antropomorfo adornado con orejas y un majestuoso tocado de plumas, sosteniendo un cetro en una de sus manos, símbolo de autoridad y poder.
El tocado que porta este personaje no es solo un adorno, sino una rica composición de aves y otros motivos simbólicos que reflejan la profunda conexión entre lo divino y lo terrenal en la cultura teotihuacana. Estas representaciones dan vida a las creencias y mitos que moldearon una de las civilizaciones más influyentes de Mesoamérica.
Este friso mítico forma parte del acervo arqueológico del Museo de la Cultura Teotihuacana, donde se exhibe en la exposición permanente dedicada al medio ambiente. Aquí, los visitantes pueden admirar de cerca los detalles y el simbolismo que rodean a esta extraordinaria pieza, testigo del esplendor teotihuacano.