Por: AGENCIA / SHD
En el corazón de la selva amazónica, un grupo de paleontólogos brasileños ha realizado un descubrimiento monumental: el fósil de una tortuga de agua dulce de proporciones colosales, que habitó la región hace más de ocho millones de años. El hallazgo tuvo lugar en las cercanías de Assis, en el estado de Acre, muy próximo a la frontera con Perú.
La especie identificada es Stupendemys geographicus, considerada la tortuga más grande conocida hasta la fecha. Su caparazón, que mide aproximadamente 1.80 metros de largo, sugiere que el animal completo podría haber alcanzado más de 3 metros de longitud, superando incluso a muchos ejemplares de cocodrilos actuales.
Este fósil, rescatado en una zona de difícil acceso y densa vegetación, representa un hito para la paleontología sudamericana y constituye el primer registro de esta especie en territorio brasileño. De acuerdo con los expertos, su hallazgo aporta valiosa información sobre la megafauna extinta del Mioceno y revela pistas sobre un ecosistema radicalmente distinto al Amazonas que hoy conocemos.
“El tamaño y el estado de conservación de este ejemplar son impresionantes. Nos da una ventana al pasado remoto de la región, cuando gigantes como este habitaban los ríos prehistóricos”, explicó la doctora Helena Furtado, paleontóloga de la Universidad Federal de Acre, institución que lidera el análisis del fósil.
Los investigadores esperan que el esqueleto sea próximamente restaurado y exhibido al público, como parte de una nueva muestra sobre la fauna extinta de la Amazonía. Para los científicos, este descubrimiento no solo resalta la riqueza paleontológica del suroeste amazónico, sino que también subraya cuánto queda aún por descubrir bajo la densa capa de vegetación de la selva tropical.