Por: AGENCIA / SHD
Marlene de Coss, originaria de Chiapa de Corzo y radicada en Ixtapa, es una mujer artesana dedicada a la elaboración de textiles bordados a mano, actividad que ha marcado toda su vida. Desde los seis años comenzó a aprender este oficio, y en enero próximo celebrará 50 años de trayectoria en el bordado. Para Marlene, esta actividad es mucho más que un trabajo; es una terapia ocupacional, donde los hilos, las agujas y el telar de cintura se convierten en su pasión. Actualmente, representa la tercera generación de una familia de bordadoras chiapanecas.
Desde niña, Marlene recuerda cómo su madre la motivaba a practicar el bordado antes de jugar: “Mi mamá no me daba permiso de salir a jugar sin antes bordar un vuelito de la blusa de la chiapaneca. En mi niñez no lo comprendía, pero en mi juventud le fui dando valor a cada prenda y a las enseñanzas de mis maestros”.
La artesana recuerda que sus maestros de educación primaria contribuyeron significativamente a su formación. “Tuve la fortuna de que mi maestra de primero y segundo grado me enseñara el amor al arte. En cuarto año, otro maestro reforzó mis conocimientos, y en quinto y sexto, Octavio Ovando me enseñó los dibujos de las flores, que perfeccioné hasta la preparatoria. Así creció mi pasión por la artesanía chiapaneca”.