Por: CARLOS RAFAEL COUTIÑO CAMACHO
El programa del gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, para otorgar un recurso, a personas que cuidan a enfermos y ancianos, es una iniciativa con múltiples aspectos positivos que reflejan una visión de humanismo y justicia social, bien hace el gobernador, que sin temor a equivocarme, se ha platicado en casa con su esposa e hijas.
Conociendo al mandatario como actúa y cree, este proyecto inició desde casa, quizás después de comida o un momento por tarde noche, ahí, como corresponde, el gobernador fue afinando este proyecto, donde una vez más, queda demostrado que es la política, la real, no la que han usado otros.
Platicando con algunos sacerdotes, que no son de política alguna, más que de la misma iglesia que en este caso se entiende por cristianismo, me decían que el ejecutivo visibiliza una labor social, ya que esto no es más que agotadora y no remunerada, por eso, el apoyar a quienes lo hagan, lo saca de la esfera privada para reconocerla como una contribución social vital.
Hijas de amigos y compañeros que son enfermeros o trabajadoras sociales, dicen que a ellos no les cuesta nada hacerlo, por el contrario, han aprendido que para atender un enfermo, es más de corazón que por dinero, sin embargo, ellos mismos reconocen que hay tantos enfermos en casa y hospitales, que lo que hace falta, es precisamente quien cuide de ellos, porque sus familiares, no están en condiciones de hacerlo, por el trabajo o escuela.
¿Sabía usted, que en los trabajos, se niega permisos para ir a cuidar a los enfermos? Pues es una realidad, por eso mismo, lo hecho por Eduardo y su esposa Sofía, se reconoce como un acto de amor al prójimo.
Pero cuando se da un apoyo económico a quien cuida, también es dignificar a quienes lo hacen, porque eso convierte a las personas, en más sensibles, no por el dinero, sino porque pueden ayudarse a sí mismos o a sus familiares, quiero decir que hoy se fomenta el humanismo, y consolida la vocación de servicio, priorizando a los sectores más vulnerables de la población.