Por: AGENCIA / SHD
A solo 17 kilómetros al sur de Tulum se esconde uno de los secretos más impresionantes de la Riviera Maya: el Cenote Angelita, un lugar que combina misterio, belleza natural y una experiencia de buceo única en el planeta. Rodeado por exuberante selva tropical, este cenote invita a los visitantes a adentrarse en un entorno donde la naturaleza aún conserva su carácter más puro y salvaje.
Entre la vegetación que lo rodea destacan orquídeas, bromelias y fauna local, que completan el paisaje selvático. Con una profundidad de entre 55 y 60 metros y una visibilidad de hasta 30 metros bajo el agua, Angelita es un sitio que desafía los sentidos. Su fenómeno más célebre es la haloclina, una capa de sulfuro de hidrógeno que divide el agua dulce de la salada, generando el sorprendente efecto visual de un “río subterráneo” o una niebla fantasmal.
Bucear en el Cenote Angelita es adentrarse en un mundo de ensueño. En su interior, árboles sumergidos, estalactitas y formaciones naturales parecen flotar entre corrientes etéreas, ofreciendo una vista que parece sacada de una película fantástica. Este espectáculo natural, sin embargo, no está abierto a cualquiera: solo los buceadores experimentados con certificación avanzada y acompañados de guía pueden explorar sus profundidades con seguridad.
El descenso puede alcanzar hasta los 60 metros, lo que convierte al cenote en un reto técnico y emocional para los amantes del buceo profesional. Por su complejidad y belleza, ha sido considerado uno de los sitios más impresionantes para bucear en el mundo, atrayendo tanto a fotógrafos submarinos como a exploradores que buscan vivir una experiencia fuera de lo común.
Aunque el lugar mantiene su esencia natural, el Cenote Angelita cuenta con infraestructura básica, como escaleras, una pequeña plataforma de acceso y baños. Aun así, los visitantes deben acudir preparados, ya que la zona carece de servicios turísticos extensos. Llevar agua, alimentos y el equipo necesario es fundamental para disfrutar del sitio con responsabilidad y respeto por el entorno.
Más allá de su atractivo visual, el Cenote Angelita representa un testimonio vivo de los procesos geológicos y ecológicos que dieron forma a la península de Yucatán. Su equilibrio entre fragilidad y majestuosidad lo convierte en un símbolo del patrimonio natural mexicano que debe preservarse con cuidado.
Así, entre la quietud de la selva y la magia de sus aguas profundas, el Cenote Angelita se erige como un destino imperdible para quienes buscan contemplar la belleza oculta del mundo subterráneo del Caribe mexicano. Un lugar donde el misterio y la naturaleza se funden en un solo respiro azul.