domingo 07 de diciembre de 2025 - Edición Nº417

Mundo | 12 nov 2025

ARTE Y CULTURA

Los códices mixtecos: destino escrito en piel de venado

Más que libros, los códices mixtecos eran portales sagrados donde los antiguos registraban el pasado, el presente y el destino de su pueblo


Por: AGENCIA / SHD

Los códices mixtecos son una de las expresiones más fascinantes y misteriosas del México antiguo. Lejos de parecer libros comunes, eran verdaderas obras de arte hechas de piel de venado, pintadas con pigmentos naturales y dobladas en forma de biombo. En sus páginas no había letras, sino símbolos que narraban genealogías de reyes, alianzas divinas y los orígenes sagrados de un pueblo que veía en ellos la memoria viva de su universo.

Para los mixtecos, el tiempo no era una línea que avanzaba, sino un ciclo que regresaba una y otra vez. En ese sentido, sus códices no solo contaban historias: predecían destinos. Cada glifo podía anunciar un nacimiento glorioso, una batalla inevitable o la unión de dos dinastías que cambiaría el rumbo del mundo. En estas páginas sagradas, la vida de un gobernante estaba escrita mucho antes de su primer aliento.

Entre los personajes más célebres que habitan estos manuscritos se encuentra 8 Venado Garra de Jaguar, el poderoso señor mixteco cuyo nombre resuena en los códices Nuttall, Bodley y Colombino. Este líder fue retratado como un elegido por los dioses, destinado a conquistar territorios, vencer a sus enemigos y fundar nuevos linajes. Pero también, como todo héroe trágico, su caída estaba escrita con la misma precisión que sus victorias.

Los sacerdotes mixtecos utilizaban los códices como herramientas rituales. Durante ceremonias solemnes, los abrían para consultar el destino, confirmar si un gobernante cumplía con el mandato divino o determinar el momento propicio para una alianza o una guerra. Estos documentos eran considerados instrumentos sagrados que mantenían el equilibrio entre el mundo humano y el cosmos.

En lugar de palabras, los códices desplegaban imágenes cargadas de significado, donde cada color, figura y trazo tenía una función simbólica. Las figuras humanas, los glifos calendáricos y los signos astronómicos formaban un lenguaje visual tan complejo como poético, en el que la historia y la religión se fundían en una sola narrativa.

Más que simples manuscritos, los códices mixtecos eran mapas del tiempo, donde los sabios podían leer el pasado, el presente y lo inevitable. Cada línea era una ruta que conectaba los mundos: el terrenal, el espiritual y el de los dioses. Su lectura no era solo un acto intelectual, sino una experiencia sagrada que revelaba el destino mismo del universo.

En cada trazo de estos antiguos documentos persiste la certeza de un pueblo que creía que el futuro ya estaba pintado sobre la piel del venado. Los códices mixtecos, con su esplendor y misterio, siguen siendo un testimonio de la grandeza cultural de Mesoamérica y de la profunda conexión entre arte, fe y destino en la cosmovisión indígena.

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