Por: AGENCIA / SHD
La presa El Cajón, ubicada a pocos kilómetros de Tepic, Nayarit, continúa destacando como una de las obras de ingeniería más relevantes en la infraestructura energética de México. Diseñada para aprovechar la fuerza del Río Santiago, esta hidroeléctrica garantiza una generación constante de energía limpia que abastece a gran parte de la región occidente del país.
Su construcción representó un reto técnico de gran magnitud, pues requirió el uso de sistemas avanzados de encofrado y soluciones industriales de precisión. En este proceso participaron empresas especializadas como ULMA, que aportaron tecnología de última generación para moldear con exactitud la arquitectura de una de las presas más imponentes del territorio nacional.
Inaugurada en 2007, El Cajón no solo destaca por su potencia instalada, sino también por su compleja estructura tipo arco-gravedad. Este diseño fue clave para soportar las enormes presiones hidrostáticas del embalse, uno de los más grandes de México, que mantiene un volumen sobresaliente y desempeña un papel fundamental en la regulación del Río Santiago.
El control hidráulico proporcionado por la presa permite mitigar riesgos de inundaciones en temporadas de lluvias intensas, además de contribuir a la estabilidad energética nacional. Su operación eficiente continúa posicionándola como una referencia en materia de infraestructura sustentable.
Durante su edificación se utilizaron más de 2 millones de metros cúbicos de concreto, una cifra que la coloca entre las presas más masivas del país. Este volumen monumental exigió procesos continuos de vaciado y manejo especializado de materiales para asegurar la cohesión estructural.
Otro aspecto sobresaliente es su casa de máquinas, parcialmente excavada en roca, lo que mejora la estabilidad del conjunto y minimiza las vibraciones durante la generación eléctrica. Esta característica también permite un uso más eficiente del espacio y mayor protección de los equipos.
A más de una década de su inauguración, El Cajón sigue siendo un ejemplo del alcance de la ingeniería mexicana y de la importancia de invertir en infraestructura que impulse el desarrollo energético. Su impacto regional y nacional reafirma su valor estratégico en un país que avanza hacia un futuro más sustentable.