viernes 12 de diciembre de 2025 - Edición Nº422

Mundo | 12 dic 2025

ARTE Y CULTURA

Origen de las posadas en México

09:49 |Se trata de una de las tradiciones más arraigadas de México, con antecedentes que datan de muchos años atrás, que con el tiempo va ido cambiando


Por: AGENCIA / SHD

La tradición de “pedir posada” que antes incluía pedir dinero real, no dulces. Antes de que existieran los bolos, las bolsitas de dulces y los aguinaldos de plástico… pedir posada era otra cosa.
En el México de finales del siglo XIX y principios del XX, los niños salían a cantar posadas no para que les dieran dulces, sino dinero.
A esto se le llamaba “pedir aguinaldo”, y la gente daba monedas de cobre o plata como un gesto de buena voluntad.
Por otro lado se afirma que fue el agustino Diego de Soria quien, en 1587, pidió permiso al Papa Sixto V. para celebrar misas diarias durante la novena que iba del 16 al 24 de diciembre.

Recibió el respectivo permiso, y comenzaron a celebrarse las misas, acompañadas de representaciones de la Virgen y San José “pidiendo posada” es decir, un alojamiento digno (posada era sinónimo de mesón).

Sobre este punto nos comenta Antonio Toussaint, en su artículo “La navidad en el México de antaño”: En 1587, durante un viaje a tierras europeas, fray Diego de Soria, prior del convento mexicano, obtuvo el papa Sixto V la bula de autorización para la celebración de misas en la Nueva España como festejo del “aguinaldo” que se oficiaba del 16 al 24 de diciembre de cada año.

Los agustinos, “aprovechando el amplio atrio y la capilla abierta de la iglesia perteneciente al convento de Acolman diéronse a celebrar estas misas con gran boato, viéndose muy concurridas de españoles, criollos e indios”.

Al final del culto, se celebraba una pequeña fiesta donde los fieles, vendados los ojos (fieles cristianos caminando en fe ciega) golpeaban una piñata de siete puntas con un palo. El palo representaba la fortaleza cristiana por medio de la obediencia y la común unión con

La piñata representaba las tentaciones malignas a través de los siete pecados capitales: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia. Por esta razón, las piñatas tenían siete puntas. Romper la piñata a ciegas representaba el triunfo de la virtud sobre la tentación, y la recompensa o justo premio consistía en la diversidad de frutas y golosinas que caían del interior de la piñata (desde las alturas) para delicia de los concurrentes.

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