Por: Sergio Sosa
El hallazgo de la Reina Roja de Palenque continúa revelando detalles fascinantes sobre los rituales funerarios de la élite maya. Descubierta hace alrededor de 30 años en el Templo XIII sub, junto al mausoleo de Janaab’ Pakal, la dignataria fue sepultada con una mortaja bermellón cuya composición ha sido objeto de estudios científicos.

Análisis realizados mediante Pirólisis–Cromatografía de Gases/Espectrometría de Masas (pyr-gc/ms) confirmaron la presencia de un excipiente aromático que aglutinaba el pigmento rojo: la resina de copal. De acuerdo con los estudios arqueométricos, el cuerpo —probablemente de Tzak’ Bu Ahaw, esposa de Pakal— fue cubierto con un espeso emplasto de cinabrio impregnado en copal, una sustancia ritual asociada a lo sagrado y la purificación.
Este tratamiento póstumo revela la importancia simbólica del aroma y el color en los rituales funerarios de la aristocracia maya, subrayando el estatus y la cosmovisión que rodearon la muerte de la enigmática Reina Roja.
