Por: Agencia / YST

Mucho antes de fundar Tenochtitlan, los mexicas afirmaban haber salido de un lugar sagrado llamado Aztlán, “el lugar de las garzas”. Este mítico territorio, del que partieron siete tribus, ha sido uno de los mayores enigmas de la historia mesoamericana. Algunos lo sitúan en el noroeste de México, otros en lo que hoy es el suroeste de Estados Unidos.

Según los códices, Aztlán era una tierra insular, rodeada por aguas sagradas, con templos blancos y un gobierno teocrático. Desde allí, los mexicas emprendieron su peregrinación guiados por Huitzilopochtli, hasta encontrar la señal prometida: el águila devorando una serpiente.

Aztlán es considerado el lugar de origen mítico de los aztecas. De acuerdo con la tradición, Aztlán está ubicado en algún lugar al noroeste de México, aunque su ubicación exacta es desconocida y sujeta a diversas interpretaciones.

Según la mitología azteca, los mexicas partieron de Aztlán en un peregrinaje que los llevó finalmente al Valle de México, donde fundarían Tenochtitlán, la capital del Imperio Azteca, en el siglo XIV. Aztlán juega un papel crucial en la cosmovisión y la identidad azteca, simbolizando el inicio de su civilización y su conexión espiritual con la tierra de origen.

¿Fue Aztlán un lugar real? ¿Un símbolo espiritual? O tal vez, una civilización perdida que aún duerme bajo arena o selva. Su memoria sobrevive en la palabra "azteca"… y en el corazón de un pueblo que jamás olvidó su origen.

Esta leyenda demuestra la riqueza cultural con la que contamos los mexicanos, gracias al pasado prehispánico de gran valor histórico que nos ha definido como nación en otras partes del mundo. Año con año, millones de turistas extranjeros visitan nuestro país únicamente con el objetivo de empaparse de nuestra cultura.