

Por: Redacción / SD
A lo largo de nuestra vida estamos expuestos a un sinfín de enfermedades. Algunas no son contagiosas, mientras que otras sí lo son. Dentro de estas últimas encontramos desde enfermedades comunes como la gripe, hasta otras más serias como el sarampión o las infecciones de transmisión sexual (ITS).
Una enfermedad es “una afección que afecta la estructura o el funcionamiento de una parte o de todo el cuerpo y que suele estar relacionada con signos y síntomas específicos”, según el Instituto Nacional del Cáncer.
Como mencionamos antes, existen diversos tipos de enfermedades, pero algunas representan un mayor riesgo para la salud. Tal es el caso del tema que nos ocupa hoy.
Las enfermedades contagiosas requieren especial atención, ya que, como su nombre indica, se transmiten de una persona a otra, ya sea a través del contacto directo, objetos contaminados o fluidos corporales.
Dentro de este grupo se encuentran las ITS (infecciones de transmisión sexual), un tema que ha cobrado mayor visibilidad en los últimos años. Aunque estas infecciones han existido desde siempre, hoy en día contamos con más información y conciencia al respecto.
Las ITS, también conocidas como ETS (enfermedades de transmisión sexual), son “infecciones que se transmiten de una persona a otra a través del contacto sexual”, según la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
Una de las ITS más comunes es la clamidiasis, y de eso hablaremos a continuación.
La clamidiasis es la infección bacteriana de transmisión sexual más frecuente a nivel mundial, y afecta principalmente a jóvenes adultos sexualmente activos, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Esta enfermedad es causada por la bacteria Chlamydia trachomatis. Si no se trata de forma adecuada y a tiempo, puede generar complicaciones graves, especialmente en la salud reproductiva de las mujeres, como la infertilidad.
Los síntomas pueden variar, pero en general son similares a los de la gonorrea (otra ITS). Entre los más comunes se encuentran:
Ardor al orinar
Secreción inusual en los genitales (tanto en hombres como en mujeres)
Dolor o sensibilidad en la zona íntima
En las mujeres también puede presentarse:
Flujo vaginal anormal
Sangrado después de tener relaciones sexuales
Dolor abdominal o pélvico, que puede indicar una enfermedad inflamatoria pélvica
Es importante saber que la clamidia puede confundirse fácilmente con otras afecciones, por lo que si presentas síntomas, debes acudir cuanto antes a un especialista médico.
Además, aunque no tengas síntomas, si eres mayor de edad y sexualmente activo, es recomendable realizarse una prueba de detección de clamidia (y otras ITS) al menos una vez al año.
Cuidarte y estar informado es la mejor forma de proteger tu salud y la de tus parejas.