

Por: Agencia / YST
Mon Laferte, una de las voces más poderosas e inclasificables de la música latina contemporánea, está conquistando escenarios internacionales con su “Autopoiética Tour”, una gira que lleva el nombre de su más reciente álbum y que funciona como una declaración de principios: crear(se) a sí misma desde las ruinas, el deseo y la emoción.
La gira, que arrancó en América Latina y se extiende por Estados Unidos y Europa, es mucho más que un recital: es una experiencia sensorial donde música, visuales y performance se funden en una catarsis colectiva. Con una puesta en escena que transita entre lo teatral y lo ritual, Laferte ofrece un recorrido por su discografía, sin perder de vista la experimentación sonora que caracteriza su último trabajo.
“Autopoiética” es el álbum más conceptual de su carrera, una exploración de la identidad, el amor, la maternidad y el dolor, atravesado por una estética que mezcla lo andino, lo industrial y lo poético. Sobre el escenario, Mon no se guarda nada: canta con el cuerpo, baila con furia y ternura, y se comunica con el público desde un lugar honesto, sin artificios.
Acompañada por una banda sólida y una dirección artística minuciosa, la artista chilena deslumbra con vestuarios simbólicos, luces cinemáticas y una narrativa visual que refuerza el mensaje de transformación constante. Cada show se convierte en una ceremonia donde se exorcizan viejos fantasmas y se celebra la vida desde sus contradicciones.
Con entradas agotadas en varias ciudades y una ovación unánime de la crítica, la “Autopoiética Tour” confirma que Mon Laferte es mucho más que una cantante: es una fuerza artística que no deja de reinventarse, desafiando géneros, expectativas y límites. Su gira no solo marca una etapa en su carrera, sino que se inscribe como uno de los eventos musicales más relevantes del año.